Cada octubre me pasa lo mismo. Me siento como el conejo de Alicia y hasta el blog he tenido que dejar un poco de lado... (cosa que pienso solucionar ^^)
El último día de las fiestas del Pilar se celebró en el río Ebro la traca final. Sólo dura diez minutos (en otras ciudades, como en León, dura hasta media hora), pero en Zaragoza es un clásico y nadie se lo pierde. En mi caso, hasta hace dos años tenía la suerte de poder verlos desde mi casa. Pero al hacer la mudanza perdí la terraza y con ella los fuegos artificiales (y la música de la Plaza de San Felipe).
Así que yo también fui al Puente de Piedra, junto a cientos de personas más. Pronto subió al cielo el tercer petardo, el aviso de que la traca empezaba. Más o menos, todos esperábamos ver esto:
Os la presento:
Ya que no veíamos los fuegos, la única salida era tomárselo a risa:
--Señora, ¡cuéntenos que ve!
--¡Por lo menos se ha peinado bien!
--Bah, tranquilos, si ahora con el Photoshop...
--¡Dicen que van a sacar un DVD de los fuegos! ¿Lo comparemos?
--¡Hala! ¡Qué alto ese petardo! Ése no lo tapa, ¿eh señora?
--Pero a ver, si yo no vengo aquí para ver los fuegos, a mí me gusta la gente, estar apretujado, ¡la compañía vamos!
Desde aquí, gracias señora desconocida. Fueron los mejores fuegos artificiales de todas las fiestas.
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