Entré esta tarde en una tienda de ropa en la que, desde hace casi dos años, tengo un vale por gastar. La dependienta y yo nos conocemos desde hace bastante tiempo y siempre que me apetece darme una vuelta por sus estanterías hablamos largo y tendido. Sobre lo que sea, el tema es lo de menos, y los dos pasamos un buen rato.
Esta vez tocó charlar sobre viajes. Tras ponerle al día sobre a dónde me voy de vacaciones este mes (cosa que ya os contaré), ella me ha informado sobre los de su hermana, que no para quieta y que de vez en cuando vuela a la India a comprar género. Yo siempre le pregunto que cómo demonios no le acompaña nunca, que es una gozada poder viajar con una persona que sabe moverse tan bien. Ella me ha respondido así:
Esta vez tocó charlar sobre viajes. Tras ponerle al día sobre a dónde me voy de vacaciones este mes (cosa que ya os contaré), ella me ha informado sobre los de su hermana, que no para quieta y que de vez en cuando vuela a la India a comprar género. Yo siempre le pregunto que cómo demonios no le acompaña nunca, que es una gozada poder viajar con una persona que sabe moverse tan bien. Ella me ha respondido así:
"No es un viaje de vacaciones, porque hace pedidos a las fábricas y tiene que estar pendiente de cómo se desarrollan, de que cosan bien las prendas... Por eso tampoco se mueve por las zonas turísticas, sino por los barrios más pobres, la fachada más cruda de la India.
Un día se compró un helado y un grupo de niños se colocó a su alrededor a mirarla, muertos de hambre. Mi hermana entró a una tienda, les compró unas chocolatinas y así todos comían contentos. Cuando los niños acabaron sus regalos, arrojaron los envoltorios al suelo. Ella los recogió, los tiró en la papelera y les indicó, con señales, que así debía hacerse.
Para sorpresa de mi hermana, los niños sacaron los papeles y los echaron nuevamente a la calle. Desde que nacieron habían vivido entre basura. Ya no les parecía mal."
Que cada uno saque de esa historia la moraleja que pueda/quiera/crea conveniente. Yo todavía no he llegado a ninguna reflexión clara. ¿O acaso esa voz en mi cabeza que grita "A veces te quejas demasiado" me está intentando decir algo?
5 comentarios:
Esa voz que tú dices a mí me dice lo mismo a veces. Vivimos tan pendientes de nuestra realidad que no pensamos en nada más. Por eso es bueno parar de vez en cuando.
muaks
yo creo que no podemos compararnos con los niños de la india, por ejemplo. Nuestra realidad es muy distinta. pero eso sí que es verdad. Nos quejamos demasiado
Una reflexión bastante profunda, otros problemas sufridos por los niños de la India, como puede ser el abandono, la desnutrición y la alta tasa de mortalidad infantil, a esto hay que añadir, ser víctimas del tráfico infantil. Pero lamentablemente esto no acaba aquí, en este país además se registran hasta dos millones y medio de infanticidios.
Gracias por tu maravilloso escrito
Besos
Y en Cataluña histéricos porque se quedaron sin luz un par de días.
No veas.
Un beso :*
Ese vale de la tienda me suena de algo...xD
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