Entre los cientos y cientos de noticias que Reuters publica al día, una de las más leídas fue: "La falta de sexo alienta a trabajar más". Aunque ya lo descubrieron los monjes benedictinos hace siglos, ahora que lo dice un estudio de la Universidad de Göttingen parece más creíble. Los investigadores hicieron una encuesta (no sabemos si voluntariamente o no) a 32.000 hombres y mujeres.
Así, el 35% de quienes declaraban tener vidas sexuales insatisfactorias tendían a considerar el trabajo intenso una forma de diversión. En cuanto a los que decían no tener relaciones sexuales, alrededor del 45% de hombres y mujeres manifestaron que asumían responsabilidades de forma voluntaria. Lo mejor de todo son las conclusiones del estudio. Fuera de todo formalismos, el responsable, Ragnar Beer, dijo abiertamente que el descubrimiento es "preocupante".
¡Pero que no cunda el pánico! Yo creo que este tal Ragnar Beer no planteó bien las líneas de investigación. ¿Y qué hay del sexo en el trabajo? El 90% de los estadounidenses lo sabe. De todas formas, y por no hacerles un feo a los de la Universidad de Göttingen, este pasado mes de julio el índice de paro subió. Ay, pillines, a saber qué habréis estado haciendo.
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